Lady Tano

Y la muerte se vio de bruces contra
su propia vida, aquella que hace tiempo
abrazó con amor. Ahora todo
era distinto.
Ahora solo quedan los recuerdos
—teñidos por el odio, criados en dolor—
de cuando tú como mi padre fuiste,
de cómo yo seré por siempre tuya,
la hija primera.

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